tragaimpuestos

Fotografía cortesía de 2Fotos

Estoy viendo el debate de investidura y leyendo los comentarios que suscita en redes sociales. No se exactamente como definir las sensaciones que me produce, diría que es una mezcla entre asombro (que no sorpresa), estupefacción y pesadumbre.

No se que me preocupa más, si ver a los que se supone deben regir los destinos de la nación hacer un debate tan carente de inteligencia, argumentos y verdad, o ver a los palmeros de los Hunos y los Otros en las diferentes redes sociales comportarse como verdaderos energúmenos. Sin la más mínima objetividad, apoyando a un partido político como el que apoya un equipo de fútbol. La gente se deja arrastrar fácilmente y más cuando no han sido educados para pensar de forma crítica.

Esto que podría parecer anecdótico es en realidad algo muy grave. El uso del lenguaje suele ser un buen indicador para observar cuando un sistema político ha pasado de cierto punto de inflexión en el cual la concordia y el consenso se complican. Otro de los indicadores en los que me suelo fijar es en la aparición de salvapatrias y salvapueblos, esos mismos que al final de la partida siempre salen ganando aunque estén en el bando perdedor. Ya sea con chalets, cuentas en Suiza o en Andorra. Lo que estos charlatanes no suelen pensar es que si bien para ellos es solo parloteo la gente se lo cree y se pueden acabar desatando fuerzas que ellos no puedan controlar, y que no es la primera vez que han llenado de miseria o muertos (cuando no ambos) un país.

Voy a hacer un pronostico pese a que supongo que me van a dar de palos. Dentro de unos meses con cualquier excusa (desde algún problema en Cataluña o los 2 puntos de recortes que demanda Bruselas) el PSOE sacará del gobierno a los ministros de Podemos y pasará el resto de legislatura apoyado en el PP. Una de las consecuencias posibles de algo así sería una mayor polarización social, ya que gran parte del voto del PP y PSOE se dispersaría a otras formaciones. Teniendo en cuenta el peso que tienen los partidos nacionalistas la formación de gobiernos se va a ir complicando cada vez más. Si esto sucede estamos posiblemente ante la penúltima legislatura de esta Constitución. Que eso sea bueno o malo depende de la madurez de la cultura política de los españoles y la capacidad de adaptarse de las élites, a ver si por una vez lo hacemos bien de verdad.

Creo que la nación española necesita hacer autocrítica, tanto a nivel de nuestras instituciones como a nivel de nuestra propia cultura política. Los cambios políticos son habitualmente el producto de cambios sociológicos y culturales, la revolución a menudo debe empezar por uno mismo. Lo primero que distingue a una nación con cultura cívico democrática es una tolerancia cero con la corrupción, quizá deberíamos empezar por ahí, sacando de los poderes públicos a todos los partidos implicados en escándalos de corrupción, ni un solo voto más. Quizá en ese momento se empiece a hacer política de verdad, dejen de tratarnos como a imbéciles y no conviertan nuestro parlamento un mercado de fariseos. Y esto no va por ideología, eso tiene que ver con valores democráticos y sobre todo con sentido común.

Me gustaría hacer un pequeño añadido en este, uno de mis primeros artículos de opinión política, para mencionar que doy permiso a cualquier persona para compartir, copiar o reproducir este artículo bajo unas condiciones concretas: no se debe cambiar ni una coma y mi nombre debe aparecer al pie del mismo, no se cobra a nadie por leerlo, no se publica en un solo medio que reciba dinero por publicidad institucional. Si cumples estas 3 condiciones siéntete libre de hacer lo que quieras con mi texto.